Una oficinista de piel luminosa y tersa. La forma en que sonríe y bebe cerveza enlatada lo hace lucir guapo. Debido a esta personalidad, automáticamente asumí que a ella le gustaba el sexo donde la llevaban los hombres, pero estaba completamente equivocado... esta señora era muy masoquista. Primero que nada, tras el sensual masaje, tiene sexo y se corre. Con pechos grandes y bien formados y una moderada sensación de firmeza.