Emily vive en una vivienda de la empresa con su marido y trabaja como gerente en el dormitorio adjunto para solteros. Bella y femenina, Emily agradaba a los jóvenes que vivían en el dormitorio individual, pero tenía una cierta tendencia sexual que era diferente a su apariencia. Hurgaba en la ropa sucia y en las bolsas de basura recogidas de los residentes, y cada vez que encontraba algo que olía a hombre, se entregaba al placer sin comerlo como guarnición. Sin embargo, esto por sí solo suprime el deseo.