Yumi visita la casa compartida donde vive su hijo Kazuya, quien dejó su casa para ir a la universidad. Sin embargo, Kazuya desaparece debido a su trabajo a tiempo parcial y, en cambio, sirve comidas caseras a sus compañeros de casa, Suzuki y Aizawa. Sin embargo, no pudieron resistir el erotismo indefenso que rezumaba de ella, así que la emborracharon y la obligaron a bajar... Temblando por la conmoción y el placer de una polla por primera vez en mucho tiempo, Yumi recordó el placer de ser violada.