gracias por tu duro trabajo. Soy Kushiwakamaru y trabajo como editora de varias mujeres. El otro día, cuando tuve una negociación real con una repartidora, ella me dijo que serían 60.000 yenes extra. El actual aumento de precios en Japón es aterrador. No importa cuánto trabajo, mi salario no aumenta y mis impuestos simplemente aumentan. El país tampoco ayuda a la gente. No importa cuánto me lamente, mis 60.000 yenes no me serán devueltos. Esta vez es erótico.