La casa principal donde viven mis familiares, que pasan a saludarme cada verano cuando vuelvo a casa. Cuando entré por la entrada rural abierta y dije: Estoy en casa, mi prima Natsumi bajó del segundo piso y dijo: Ah, bienvenido a casa. Mientras bebía té de cebada del refrigerador, mi prima Natsumi me miró. Esa es una mala actitud. Cuando vuelvo cada año, al principio me siento avergonzado porque ha pasado tanto tiempo, pero antes de darme cuenta, las cosas han vuelto a la normalidad. Comunicado