Una hermosa madre, Kanaka, vive con su hijo, Takashi. Aunque sus días son felices, se siente sola porque no ha podido ver a su esposo quien ha estado ausente por mucho tiempo debido a asignaciones en el extranjero. Un día, invité al mejor amigo de mi hijo, Yu, a mi casa y los tres decidimos ver un partido de fútbol nacional de Japón a altas horas de la noche. El equipo japonés marcó un gol milagroso contra un equipo fuerte... Los dos se llenaron de alegría e intercambiaron un abrazo apasionado. Entonces