Akiho, cuyo marido es un burócrata de élite, era una esposa hermosa y popular en el vecindario. Un día, un ladrón de una tienda de conveniencia la viola a la fuerza y se da a la fuga. Oshima, el presidente de la ciudad, lo presenció y lo usa como cebo para extorsionarla y exigirle una relación física. Akiho una vez perdonó su cuerpo porque no quería que su marido lo supiera, pero... Por favor, perdóneme. Sra. Hirugao... Por la tarde, sin el conocimiento de su marido, se siente inmoral que le pongan los cuernos.