Yuna vive una vida matrimonial armoniosa con su marido. Un día acaba viviendo en la misma casa que su suegro, quien se mudó allí después de una pelea con su esposa. Aunque su marido, orientado hacia la familia, la acepta, a ella le resulta difícil aceptarse a sí misma. Mientras la insatisfacción de Yuna aumenta, el creciente acoso sexual de su suegro finalmente cruza la línea... y ella se vuelve adicta al sexo pervertido con su suegro, a quien se suponía que debía odiar.