Las dos parejas internas viven una vida feliz antes de casarse, pero un día, Mikoto se entera de que su prometido Takafumi ha estado manipulando el dinero de la empresa para pagar el tratamiento de su madre. Mikoto le aconseja que se entregue y decide esperar hasta que Takafumi salga de prisión. Para forjar un vínculo con su prometida, los dos no podrán verse por un tiempo, por lo que instintivamente devoraron el tiempo que les quedaba juntos.