Cuando me sentí mal y fui a la enfermería, descubrí que mi amigo de la infancia, Wan, había faltado a clases. Una perra que siempre es mandona y me menosprecia. Mientras descansaba en la cama junto a ese tipo, Wan, que estaba aburrido, se involucró. En la sala de enfermeras, me hizo exponer su polla, montarme a horcajadas sobre él y correrme dentro de él. Comienza un día lleno de sexo entre una puta victoriosa y una virgen. No importa cuantas veces eyacules