Airi no tiene relaciones sexuales con su marido, que es mayor que ella. Un día invitó a su habitación a un hombre que vivía en el barrio, le hizo tomar café con pastillas para dormir que su marido toma habitualmente y le ató las manos. La joven esposa, vestida con ropa interior erótica, se aferra a su polla ahora revitalizada, presiona su culo regordete contra su entrepierna y lo estimula con un trabajo anal desconocido. Y se insertó en crudo sin llevar goma elástica. Disfrutando de un palito de carne por primera vez en mucho tiempo