Soy virgen y virgen... pero me gustan las chicas. Mi hermano regresa a casa y trae a su novia con él. Ella es una chica linda y mayor que amo. Quiero ser penetrado, quiero dar órdenes y mis fantasías en expansión se convierten en voyeurismo. Amenazada por las imágenes de la cámara secreta de una aburrida chica secreta, la entrenan para ser un juguete. El alboroto del introvertido no se detiene y su comportamiento se intensifica...